top of page

¿Por qué las organizaciones necesitan cambiar su forma de trabajar?

En el último siglo han cambiado no pocas cosas, viviendo en la era de la información, donde “estamos cada día más conectados, todo sucede más rápido y menos predecible que en épocas previas”. Debemos preguntarnos:

¿Por qué entonces operamos en las organizaciones como si todavía estuviéramos en la era Industrial?

Con el final de la segunda Revolución Industrial quedaron fijados sistemas para trabajar y organizarse dentro de las jóvenes industrias en base a lo que Frederick Taylor (1856-1915) consideró como la gestión científica del trabajo, un sistema que resultó excelente para lograr la máxima eficiencia en la ejecución sobre procesos que eran conocidos y repetibles a escala. Dicha gestión se basaba en unos pilares como la clara jerarquía de mandos, trabajos meramente mecánicos por parte de los trabajadores, la absoluta concentración de poder en los mandos (thinkers) y el escaso o nulo poder de decisión en manos de los trabajadores (makers), las largas y exhaustas jornadas laborales en condiciones muy extremas, con una total y absoluta falta de transparencia e información al resto de la organización,…

Bien es cierto, que no debemos sacar de contexto muchos de esos factores, pero hoy en día apenas se han producido avances considerables al respecto, lo que desemboca en que el 70% de los empleados odian sus empleos, hecho preocupante.

Según la encuesta realizada por Gallup, y con foco en los millennials, demuestra que el 71% de los trabajadores están "no comprometidos" o "activamente desconectados" de su trabajo. Donde seis de cada 10 millennials manifiestan que están abiertos a diferentes oportunidades de trabajo, y sólo el 50% tiene previsto continuar en su empresa durante el próximo año.

En el mismo análisis, se manifiesta el hecho de que en aquellas organizaciones en las que los empleados están más comprometidos con su día a día y el de la organización, presentan un 17% mayor de productividad, sufren un 70% menos de incidentes de seguridad, experimentan un 41% menos de absentismo, tienen unos ratios por parte de los clientes un 10% mejores, y son un 21% más rentables que aquellas donde los trabajadores no están alineados con el propósito de la organización ni su trabajo.

Debemos preguntarnos por qué entonces estamos aplicando como máxima el principio de control y mando en busca de la máxima eficiencia, cuando se ha demostrado que en el estado de máxima complejidad e imposibilidad de previsión, esta ya no es suficiente.

Muestras de esta complejidad del entorno, que está en constante cambio, donde aparecen nuevas tecnologías en cortos periodos de tiempo, y total inexistencia de previsión, encontramos ejemplos como el de los gigantes Kodak o Nokia, que no pudieron o supieron ver como la situación en sus respectivas industrias estaba cambiando, y decidieron apalancarse en lo que habían venido desarrollando hasta la fecha. Las cámaras analógicas y no ver el desarrollo y la tendencia digital, y la creación de hardware sin ver la importancia de los sistemas operativos, y cuando lo vieron o descubrieron ya era demasiado tarde.

Estos no son casos aislados, en un reciente estudio de la Universidad de Yale, se puede apreciar como la vida media de las principales compañías estadounidenses en el último año ha disminuido de 67 años de media a 15 años. Por lo que en gran medida, algunas de las empresas que vemos hoy en el índice seguramente habrán desaparecido en los próximos años.

La vida media de las empresas está disminuyendo (S&P 500)

Como hemos venido explicando en post anteriores, ante la situación de entornos complejos que estamos viviendo, las empresas necesitan responder con mayor flexibilidad y adaptabilidad al mismo, para que de forma ágil puedan hacer frente a dichos cambios, y donde los sistemas tradicionales de control y mando se han quedado obsoletos.

Este Post, como todos los del Blog de Clickec.com, está en construcción…… Permanente.

Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
bottom of page